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Si realizamos un viaje en el tiempo y nos transportamos a la década de los 80’s, la computadora no eran aún una herramienta de trabajo personal, el internet era un invento que estaba a una década de nacer. Los momentos eran capturados por cámaras fotográficas que utilizaban rollos que más tarde debían ser revelados en una tienda especializada; finalmente las experiencias se almacenaban de forma física en grandes álbumes fotográficos familiares. La pobreza extrema alcanzaba a 4 billones de personas que no estaban conectadas al resto de la humanidad, o vivían en regímenes tan represivos que no se permitía la comunicación con el exterior. En varias líneas de productos y servicios existían monopolio u oligopolios como el caso de AT&T, IBM, Coca Cola, Kodak, entre otras.
En la actualidad, los gerentes y líderes que toman decisiones enfrentan situaciones que antes estaban en contextos aislados. Ahora todo está conectado y es interdependiente uno de otro para formar un todo. En el transcurso del tiempo el escenario mundial ha cambiado mucho, la realidad en nuestros días es que la información tiene diferente forma de almacenarse y está altamente digitalizada; existen sistemas inteligentes que se comunican independientemente. El costo del poder de cómputo, almacenamiento y transmisión de información es bajo, por lo que no es discriminante su uso. Gracias al internet existe facilidad de creación y transmisión de contenidos ricos en información en todo el planeta. El transporte de la carga informativa por lo tanto, a través de múltiples medios tecnológicos de transporte tiene una gran facilidad, y hay más tratados de libre comercio y bloques comerciales. Hay mayor riqueza en diferentes poblaciones en todo el mundo, que los hace partícipes de la economía formal. Como consecuencia de todo lo anterior, se reducen las brechas entre lugares y agentes de producción y consumo de bienes y servicios, lo que hace que se reescriban las normas y estándares del comercio y el tipo de intermediarios.
Para citar un ejemplo, antes era posible para una organización controlar la información que se difundía más allá de sus cuatro paredes. En cambio hoy, los clientes pueden conectarse unos con otros mediante sitios digitales; los empleados pueden comentar al mundo lo que es trabajar para alguna compañía, y los negocios con frecuencia son evaluados en lugares como Yelp, TripAdvisor, Booking o con las herramientas de Google. La gestión de la reputación la dirige el cliente, el mercado en sí y no tiene manipulación; los riesgos del servicio, sin embargo, se han vuelto más complejos.
Cuando las situaciones que estaban separadas e independientes empiezan a chocar entre sí y/o a depender unas de otras (en otras palabras lo que eran sistemas complicados llegan a ser sistemas complejos) se hace más difícil predecir qué es lo que pasará en el futuro. Por lo tanto, no es sorprendente que la “incertidumbre” cree la necesidad en las organizaciones, de estar más atentas, ser más ágiles y flexibles para poder responder rápidamente a los cambios en el entorno y el mundo.
Las estrategias particularmente deben tener una alta capacidad de respuesta, esto es, ya no pueden ser estáticas y dictar un curso de acción único, sino que deben ser adaptativas, lo cual, requiere de nuevas herramientas en las personas a cargo para lograr equipos de trabajo de alto rendimiento y alta flexibilidad.
La introducción de productos disruptivos en el mercado complica a la planificación de las firmas y todas sus inversiones. Por ejemplo, en la primera década de los 2000 el avance en microprocesadores hacía pensar que las computadoras portátiles serían más solicitadas y vendidas, sin embargo en 2010 apareció el Ipad y cambió totalmente el comportamiento de la demanda para este tipo de artículos. ¿Cómo puede una compañía como Toshiba o Asus reaccionar si todos sus pronósticos de venta son alterados tan drásticamente?
En Latinoamérica, existen cambios súbitos que afectan de muchas maneras a las industrias y sectores, donde quienes se adaptan son aquellos que pueden sobrevivir y crecer en entornos en los que otros desaparecen. El ambiente competitivo cambia sus reglas de juego con rapidez debido a cambios legales y comportamiento de multinacionales que invierten y desinvierten dependiendo de muchos factores que no son controlables.
En sistemas complejos los líderes deben reescribir sus jugadas constantemente de forma rápida y su equipo debe comprender y elaborar las estrategias del líder para poder lograr el éxito. Esto demanda habilidades adicionales del equipo y de su líder, quienes enfrentan desafíos competitivos más complejos.
La capacitación en varias áreas prácticas con adición de pensamiento complejo y sistémico es una forma de preparar al equipo gerencial para que piense más holísticamente en todos los factores interrelacionados que deben ser considerados en las decisiones e implementación de las estrategias. Este ejercicio desarrolla habilidades para lograr pensar adaptativamente y lograr resultados. Este tipo de pensamiento es un cambio de paradigma que genera una ventaja competitiva basada en las personas, quienes son las únicas, que en equipo, pueden aprovechar los cambios sistémicos del mercado para crecer mientras otros fracasan.
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Reeditado de artículo de Rita Gunther McGrath, Harvard Business Review, Profesora de la Escuela de Negocios de Columbia, Autor del libro El final de la ventaja competitiva de Harvard Business Review Press.
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