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Una vez más JANUS tuvo el honor de poder evaluar proyectos realizados en la zona de Manabí, bajo metodología de los lineamientos de evaluación de OECD , financiados por organismos internacionales europeos, para la generación de medios de vida para la población más afectada de los alrededores del cantón Jama en la provincia de Manabí.
Lo primero que sorprendió al equipo de Janus fue el buen ánimo de los pobladores al recibirnos. Su positivismo era contagioso, tenían una gran esperanza sobre el futuro, lo cual no era lo que se veía en el pasado, meses luego del terremoto ocurrido en Abril de 2016, cuando se escuchaban historias como “no he salido en 2 meses de casa, la tierra sigue temblando, y si nos morimos, queremos morir todos juntos”.
Se constató la creación de nuevos emprendimientos de pequeños productores en áreas de pastelería, costura, restaurantes y cría de especies menores.
Lo singular fue la manera en que se están gestionando algunos de los nuevos negocios del lugar. Por ejemplo, si el proyecto entregó máquinas de coser e insumos lo interesante fue ver el caso de una asociación en Rambuche, Jama, Manabí donde mujeres empoderadas trabajan juntas para cubrir la demanda de uniformes de instituciones escolares del sector, creyendo en el potencial de cada una de ellas y viendo que sí hay futuro para su familia en base a lo que ellas saben y pueden hacer. Otro ejemplo, en pastelería una señora de más de 50 años en Estero Seco, Jama, Manabí, quien vende pastelitos horneados en buses, nos comenta “antes me dolía todo, tenía mis reumas, pero ahora tengo mi negocio, yo misma puedo y soy capaz. Subo a los buses con mis productos y vendo a los turistas y locales. Todos los días me levanto con ganas para seguir adelante. Estoy mejor que antes del terremoto, porque ahora sé emprender, y confío que sí puedo”.
Otro efecto interesante de proyectos de medios de vida en la zona fue la unión entre los pobladores de Bigua, Rambuche y Estero Seco donde se conformaron asociaciones y organizaciones comunales. Ellos están convencidos que juntos pueden darse ayuda mutuamente, incluso cuando los gobiernos nacionales o regionales no les apoyen, ellos saben que cuentan con sus vecinos para auxiliarlos y para salir adelante.
Ahora los habitantes quieren participar en más proyectos, saben que hay mucho que aprender y mucho que se puede hacer. Su capacidad y resiliencia ha sido fortificada por el duro embate de la naturaleza y luego por la acertada intervención de instituciones como Cruz Roja, Cáritas, ADRA, CARE, entre otras, que los apoyó para que vuelvan a tener fe y confianza en el futuro.
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